Mente de principiante

Poco después de tomar esta foto, un potro se acercó a mi bicicleta para inspeccionarla. Utilizó sus labios para conocer el sillín y olfateó con curiosidad la rueda mientras yo le rascaba el lomo.

Los caballos no dan por hecho nada, como los niños. Por ejemplo, a un niño viajando en avión le puede sorprender que apretando un botón se encienda una luz tanto como volar a la altura de las nubes y poder verlas a través de la ventana.  A eso se le conoce como mente de principiante.

En ZenTauro promovemos la observación objetiva,  el aumento de perspectiva y  la capacidad de sorpresa y de disfrute.

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