Los mismos caballos, distintos ZenTauros

En la segunda sesión de ZenTauro me llamó la atención cómo los caballos se comportaban de manera distinta con una persona o con otra.

Se puede decir que los caballos hacen de espejo, reflejando en función de con quien interactúen. No tienen dobles intenciones, ni alevosía o malicia, sino que responden de manera franca y directa a los estímulos. Así que aprender a observar sus respuestas puede darnos mucha información de nuestro propio comportamiento.

Fue una oportunidad para disfrutar del contacto con los caballos, con su juego, su fuerza, todas las sensaciones al montarse en ellos, y aprender a disfrutar de eso, sin más. Como si fuera poco.

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