Momentos

Por regla general, en nuestro día a día, hemos de ser productivos, rentables, fructíferos. Nuestra mente y nuestro cuerpo funcionan casi todo el tiempo en modo alerta, con el sistema nervioso simpático activo, que, como he comentado en otras entradas, nos prepara para la acción. Como resultado vivimos prácticamente con el mismo nivel de actividad, a veces, incluso en sueños. Y eso agota.

Las vacaciones son un invento relativamente nuevo, vinculado al sistema capitalista y localizado en el tiempo, y muchas veces en el espacio. Durante este intervalo muchas personas desconectan de su realidad diaria, cambian de rutina o/y realizan actividades que no hacen normalmente.

Aún sabiendo que hay una clara diferencia entre el período vacacional y el resto del año, creo que sería saludable incluir momentos vacacionales en cada uno de nuestros días.

Un momento de no hacer nada, o hacer algo que nos gusta, descansar 3 minutos, admirar el paisaje (aunque sea el habitual, nunca es el mismo cielo, la misma luz, ni la misma gente), y por qué no, deleitarnos en lo que considerarnos inútil, frecuentemente bello y necesario.

Y sobre todo, no dejes de perseguir tu sueño.
El mío es ayudarte.

…y baila como si estuvieras sola

Hay un dicho budista que dice “cuando como, como y cuando duermo, duermo”.
No solemos hacer una sola cosa nunca. Apostaría a que muchos de los que están leyendo esto prefieren ir al baño con algo que les entretenga.
Podemos hacer dos cosas a la vez. Podemos respirar y andar al mismo tiempo, y lo hacemos bastante bien. Son movimientos automáticos en los cuales están implicadas regiones cerebrales que no se interfieren.
Pero bailar y rumiar el pasado o acercarte a un caballo y preocuparte por el futuro son, si no incompatibles, un obstáculo el uno para el otro. Hay actividades, que por sus demandas y características, propician enfocar la mente en lo que está sucediendo, lo que suele reportar calma y serenidad. Se puede aprender a hacerlo, a anclarse al momento presente. Y además, disfrutar el camino.

Y sobre todo no dejes de perseguir tu sueño.
El mío es ayudarte.

Mente de principiante

Poco después de tomar esta foto, un potro se acercó a mi bicicleta para inspeccionarla. Utilizó sus labios para conocer el sillín y olfateó con curiosidad la rueda mientras yo le rascaba el lomo.

Los caballos no dan por hecho nada, como los niños. Por ejemplo, a un niño viajando en avión le puede sorprender que apretando un botón se encienda una luz tanto como volar a la altura de las nubes y poder verlas a través de la ventana.  A eso se le conoce como mente de principiante.

En ZenTauro promovemos la observación objetiva,  el aumento de perspectiva y  la capacidad de sorpresa y de disfrute.

Regala experiencias

La vida es una secuencia de momentos, no un cúmulo de pertenencias. En todo caso, importa qué hacemos con esas pertenencias, la experiencia con esas cosas materiales. Al final lo que recordamos, lo que disfrutamos, lo que tiene valor, son las experiencias. No hacemos fotos a chaquetones o móviles nuevos. Lo que queremos recordar y compartir son los momentos.

ZenTauro es una proposición, una invitación a disfrutar del momento, a hacer algo distinto y beneficioso, a aumentar el bienestar y el conocimiento de uno mismo, y a pasar un rato con caballos, fuera de la ciudad y del mundanal ruido.

También se pueden regalar experiencias.

ZenTauro.


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