…y baila como si estuvieras sola

Hay un dicho budista que dice “cuando como, como y cuando duermo, duermo”.
No solemos hacer una sola cosa nunca. Apostaría a que muchos de los que están leyendo esto prefieren ir al baño con algo que les entretenga.
Podemos hacer dos cosas a la vez. Podemos respirar y andar al mismo tiempo, y lo hacemos bastante bien. Son movimientos automáticos en los cuales están implicadas regiones cerebrales que no se interfieren.
Pero bailar y rumiar el pasado o acercarte a un caballo y preocuparte por el futuro son, si no incompatibles, un obstáculo el uno para el otro. Hay actividades, que por sus demandas y características, propician enfocar la mente en lo que está sucediendo, lo que suele reportar calma y serenidad. Se puede aprender a hacerlo, a anclarse al momento presente. Y además, disfrutar el camino.

Y sobre todo no dejes de perseguir tu sueño.
El mío es ayudarte.

Al toque y a las palmas: el cerebro

Aprendí a bailar sevillanas en la guardería. El flamenco está presente en nuestras vidas de manera explícita o de forma encubierta, como en los gestos, las expresiones verbales o en la estética visual. Sin embargo, y a pesar de que permea nuestras vidas, es difícil encontrar estudios científicos sobre el tema. Pero es muy fácil encontrar preguntas.

¿Qué podría decirnos la neurociencia sobre el flamenco?. ¿Cómo se aprende y cómo se enseña?. ¿Qué es el duende, y cómo encontrarlo?. ¿Puede tener aplicaciones el flamenco a nivel terapéutico?.

Estas son algunas de las cuestiones que presentamos en el curso de la Universidad Pablo de Olavide ‘El porqué del flamenco. Poderío, singularidad, universalidad’ .

https://upoflamencosenruta.wordpress.com/

 

Cambios y evolución

Los humanos nos adaptamos continuamente a los cambios de nuestro entorno. Algunos de estos cambios son únicos, puntuales y no se repiten (al menos durante la vida de un individuo) y otros, en cambio, siguen un patrón cíclico. Los seres humanos, al igual que el resto de los seres vivos, se han adaptado a esos cambios para sobrevivir. Esta adaptación ha sido fundamental y crucial para el mantenimiento de nuestra especie. No tendría mucho futuro evolutivo buscar comida de noche, cuando, entre otras cosas,  la oscuridad otorga una ventaja a nuestros depredadores.

Así que a lo largo de millones de años de evolución, el mecanismo comportamental que nos mantiene dormidos durante el intervalo óptimo de tiempo se volvió automático y fisiológico, de modo que el cuerpo se prepara con antelación a los cambios que tienen lugar de forma cíclica en nuestro entorno. Es decir, no hace falta que veamos el cielo ni el reloj para saber que se acerca la hora de irse a dormir, sino que el reloj biológico se ocupa de ello, y manda información a distintas partes del cuerpo para prepararnos.

Me hago una pregunta y la comparto con vosotros. ¿Seremos capaces de echar por tierra en poco tiempo lo que la evolución consiguió en millones de años?.

Y sobre todo, no dejes de perseguir tu sueño.
El mío es ayudarte.

Sueños y/o realidad

Hoy voy a mencionar otra de las cosas que suceden mientras dormimos y sobre la cual la comunidad científica aún no ha llegado a un acuerdo total. Los sueños.

No obstante, sí parece fuera de duda que guardan una relación con la actividad diurna. Algunos autores sostienen que los sueños son el resultado de la asimilación de las experiencias diurnas como memorias, sobre todo autobiográficas, y que es el contenido emocional el que marca o selecciona qué vivencias serán procesadas. Porque, y esto sí lo sabemos con seguridad, durante el sueño el cerebro no duerme. De hecho tiene un nivel de actividad comparable al que tiene si estamos despiertos, solo que organizado de manera distinta, y con una topología particular.

En los sueños podemos incluso solucionar problemas. Así fue para Otto Lewi, que soñó con la manera de demostrar la naturaleza química de la transmisión nerviosa.

Y es que los sueños son un escenario idóneo para entrenar, ensayar y practicar. Lo hacemos de forma inconsciente, y algunos siendo conscientes, en los sueños lúcidos. Estos suceden cuando estamos soñando y lo sabemos. Ese grado de conciencia del sueño permite dirigir el hilo argumental de lo que esté pasando. Ya cada uno que imagine qué haría.

Y sobre todo, no dejes de perseguir tu sueño.
El mío es ayudarte.