Nuestro cerebro tiene distintas formas de funcionar según el momento del día y las demandas de la situación. No participarán las mismas áreas del cerebro ni será el mismo tipo de actividad neuronal si estamos leyendo en período de vacaciones frente al mar que si estamos en una reunión de trabajo o de vecinos. De igual modo, tampoco es la misma actividad cuando estamos despiertos que cuando estamos dormidos. De hecho, la regla general es que cuando estamos dormidos se inhiben los circuitos neuronales que nos mantienen despiertos, y al contrario, al estar despiertos los circuitos que promueven el sueño permanecen inhibidos.
Así funciona el cerebro de una persona que, llegada la noche, empieza a desconectar del día, a desactivarse y a bajar el ritmo.
¿Qué les pasa a los insomnes?
En el caso de las personas aquejadas de insomnio primario (el que no es consecuencia de ninguna enfermedad o tratamiento farmacológico) la diferencia en los patrones de funcionamiento cerebral durante el día y la noche no está tan clara. Dicho de otro modo, la forma de funcionar que tiene el cerebro prácticamente no cambia a lo largo de las 24 horas. Esto se traduce en que durante la noche presenta el tipo de alerta y de procesamiento de la información que debería estar limitado a los momentos diurnos, y durante el día no puede llevar a cabo ciertas actividades de forma totalmente eficiente porque su cerebro está agotado. Resumiendo, por la noche a los insomnes les cuesta dejar de estar despiertos.
Pero eso se puede mejorar. Con técnicas de desactivación y diseñando un programa personalizado de actividades que escalonadamente vayan disminuyendo el nivel de excitación cerebral y nos vaya preparando para caer dormidos.
Y sobre todo, no dejes de perseguir tu sueño.
El mío es ayudarte.